El sistema de evaluación siempre ha sido motivo de debate en las instituciones educativas.
sin embargo, ante la coyuntura actual de impartir educación virtual, los docentes también se han visto enfrentados al reto de replantear la manera de evaluar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, pensando para ello en herramientas que tengan en cuenta sus particularidades y contextos.
Ante la emergencia por el coronavirus, la educación pública ha asumido un reto importante y es mantener el proceso de enseñanza de los estudiantes superando las circunstancias actuales a esta realidad. No sólo se suman las deficiencias tecnológicas y la falta de acceso a internet que tienen gran parte de colombianos, sino los interrogantes que surgen frente a la manera como los docentes deben evaluar a sus estudiantes en tiempos del covid-19.
Leonardo Fabio Martínez, Rector Universidad Pedagógica: “se trata en estos momentos de llevar a cabo procesos de evaluación, que permitan que entre los mismos estudiantes con herramientas de las tics se puedan dar cuenta también del proceso que están haciendo; asimismo, llevar a cabo procesos de autoevaluación, para que los docentes tengan la oportunidad de valorar sus esfuerzos para poder acceder a los conceptos fundamentales que están trabajando”.
En países desarrollados es común el uso de plataformas digitales, por lo que el proceso educativo resulta ser eficiente. Sin embargo, en Colombia el déficit de presupuesto para este sector ha hecho imposible que las tics sean una política nacional en la educación pública. Por ello, ahora cuando el proceso de enseñanza y aprendizaje por modalidad de acceso remoto se ha vuelto una cotidianidad, también se hace necesario replantear el proceso de evaluación tradicional. Más aún, cuando ésta debe ser un espacio para aprender, para argumentar y contraargumento.
Wulder Yamilso Medina, Pedagogo Vicerrectoría Académica de Investigación UNAD: “es el momento de resignificar la evaluación, y no sólo por el aislamiento causado por el covid-19, sino porque la evaluación debe dejar de ser una reproducción del sistema global de educación parametrizado, para llegar a convertirse en una valoración de formación en valores, de formas de construir conocimientos y pensamientos desde el contexto local, cultural y étnico. El de valorar el desarrollo de bienes culturales desde el contexto de particularidades del aprender por intuición, experiencias vividas y por imaginarios colectivos que se generan dentro de la familia”.
En este contexto, la coyuntura del covid-19 no debe ser un obstáculo para que se evalúen a los estudiantes, por el contrario, es el momento para continuar innovando pedagógicamente, como siempre lo han hecho los docentes, de evitar la estandarización, y de evaluar el aprendizaje de acuerdo con las particularidades y contextos de cada uno.